martes, 12 de enero de 2010

Avatar...


A todos aquellos que os gusten las películas de ciencia ficción, de efectos especiales, de historias increíbles que te hacen ponerte en píe en el cine cuando termina ( y no para largarte, sino para aplaudir), estas navidades os habréis pasado por vuestra sala de cine favorita para intentar ver Avatar.

Recuerdo que hace unos meses, cuando todavía no se sabia nada o casi nada de esta película, leí un reportaje en el que mencionaba un crítico que había tenido la oportunidad de verla, que era sin duda, una película que marcaría un antes y un después en el cine que conocemos. Desde luego, un comentario así crea unas expectativas muy grandes para el público. Cuando me acerqué al cine para verla por primera vez con mi padre, decidimos ir a la sala en 3D porque decían que habían desarrollado una nueva tecnología...y madre del señor lo que nos encontramos.

Nos encontramos con 2 horas y 45 minutos de película. Personalmente se me hicieron muy muy amenas. Estás todo el rato viendo imágenes que necesitas un buen rato para contemplar todas las maravillas visuales que ofrece, y el 3d que han desarrollado para este film...bueno, no hay nada con lo que compararlo. Puede que la historia te pueda gustar más o menos, dependerá del tipo de cine que suelas ver. Pero lo que es innegable es la calidad técnica de la que se sirve Avatar para dejarnos a todos con la boca abierta. Hacía muuuchos años que no se podía a entrar al cine, en ninguna sala, si no comprabas la entrada por adelantado...eso dice muchísimo de la acogida que ha tenido en todo el mundo...

El director, James Cameron, tuvo que desarrollar sus propias cámaras de cine para poder grabar lo que tenía en mente. Lo consiguió y ahora tiene una patente que vale muchos millones de dolares.

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